¿A qué nos referimos cuando hablamos de tener un detalle con alguien? Pues ni más ni menos a tener una atención, un regalo que puede ser de pequeño valor pero que es una manera de agradecer algo que se ha hecho por nosotros. El detalle pueden ser unas flores, una caja de bombones de chocolate o una propina, dependiendo con quién lo vamos a tener. Pero, en cualquier caso, es una normal no escrita de etiqueta que debemos de tener en cuenta. Veamos algunas ocasiones en las que es importante tenerlos.
- Cuando un vecino te hace un favor. Es cierto que es algo habitual entre vecinos hacerse favores, pero en algunas ocasiones quién nos lo hace es un vecino al que no conocemos o con el que no tenemos trato y que nos sorprende, por ejemplo, recogiendo un paquete y timbrando en casa para entregarlo o avisándonos de que nuestro coche tiene una rueda pinchada. Tener un pequeño detalle con este vecino es una bonita manera de darle las gracias.
- Cuando alguien hace algo que no le corresponde por su trabajo. Por ejemplo, cuando vas a una oficina para solucionar un problema y la persona que te atiende te ayuda más allá de lo que es su deber. Normalmente, este tipo de profesionales no van a aceptar una propina, especialmente si hablamos de una oficina pública. Pero sí pueden aceptar un pequeño detalle, como puede ser una caja de bombones o de galletas gourmet. Estaremos así agradeciendo su gesto y dando a entender que sabemos que lo que ha hecho, no era obligación suya.
- Cuando alguien hace un buen trabajo en nuestra casa. Cuando necesitamos un fontanero, electricista etc, es cuando nos damos cuenta de lo complicado que es encontrar a un profesional. Especialmente, un buen profesional. Por eso, cuando por fin lo hemos encontrado y estamos contentos con el trabajo realizado, no está de más darle una propina, que es una manera de indicar que apreciamos el trabajo que ha hecho.
- Cuando recibimos un buen servicio. En España no es obligatoria la propina en restaurantes. Aquí, lo habitual es darla cuando se está contento con el servicio recibido, siendo una forma en la que se recompensa a una persona que ha realizado un buen trabajo. Por eso, si hemos sido bien atendidos, lo normal es dejar una propina.