El intercambio cultural entre indígenas y españoles sigue estando presente, sobre todo, en la gastronomía ibérica. La vainilla, el maíz o la calabaza son parte inseparable de nuestra cocina. Uno de los ingredientes mesoamericanos más valorados es el chocolate, que en realidad es un derivado, como se descubre al comprar fruta cacao online, que recibe el nombre de cacaotero o árbol del cacao.
Los mayas, aztecas y otros pueblos prehispánicos consideraban el cacao como una bebida propia de dioses, y por ello lo utilizaban como base del tascalate, el pozol y otros preparados. Precisamente el mole mexicano, que se elabora con cacao, emplea otro ingrediente mesoamericano de hondo calado en la cocina europea: el maíz.
Este cereal, el primero en ser domesticado por las civilizaciones anteriores a la Conquista, provienen de la ciudad de Tehuacán, en Puebla. En ensaladas, cremas y tortitas, el maíz se ha ganado su lugar en la gastronomía española y del resto de países mediterráneos.
La calabaza, por su parte, presumen de ser el primer cultivo desarrollado en el México prehispánico, con una antigüedad aproximada de diez mil años. Este fruto se aprovecha en su totalidad (de la raíz a las hojas, ambas populares en medicina tradicional), pero lo más valorado de la calabaza es la pulpa.
La fiebre por el aguacate no es invención de las dietas y platillos healthy. Los habitantes originales de Coxcatlán, en Puebla, ya plantaban aguacateros y se servían de su fruto con sabor a nuez para saborizar sus comidas.
Como el chocolate, la vainilla es un ingrediente básico en la repostería mundial, y sus orígenes se encuentran en México, en la región de Totonaca. No obstante, esta orquídea se distribuye también por Madagascar y Papúa Nueva Guinea. Se estima que el pueblo azteca empleaba esta especia para mejorar el sabor del xocolatl y otros preparados.