4 destinos idílicos en Galicia (y no todos tienen playa)

Islas Cíes ,mucho se ha escrito sobre estas islas, pero nada es comparable a visitarlas. Cuando pises por primera vez este lugar al bajarte del barco ya empezarás a entender por qué enamora a tanta gente. Pero cuando recorras alguna de sus cuatro rutas de senderismo o te tumbes al sol en sus arenales mágicos ya no habrá vuelta atrás, serás uno más de los que se rinden al encanto de unas islas llenas de leyendas, pero a las que la realidad supera con creces.

Ribeira Sacra. Especialmente los cañones del Sil. Es un lugar muy visitado por su belleza. Puedes hacer el recorrido en catamarán viendo las tierras en pendiente que lo rodean. En muchas de ellas podrás observar que se cultiva la vid, ya que el vino es uno de los productos estrella de la zona. Además, puedes visitar los preciosos monasterios que hay en la zona e incluso hospedarte en uno de ellos, hoy reconvertido en Parador Nacional, siendo uno de los más impresionantes de España: El parador Nacional de Santo Estevo. Algunos de los pueblos de la Ribeira Sacra se han reconvertido en espacios de turismo rural en los que también puedes alojarte para disfrutar de la experiencia inmersiva.

Ría de Aldán. Las playas de esta ría en la Península do Morrazo son encantadoras. No tienen mucho que ver con otras playas de la zona, en las que la civilización invade todo. Se trata de playas vírgenes a las que hay que ir con la bebida y la comida ya que tendrás donde adquirir nada cerca, pero que te van a enamorar por su belleza. Las aguas limpias y invitan al baño y en los arenales podrás relajarte y disfrutar de un día de playa absolutamente inolvidable. Cerca hay lugares perfectos para pasear y disfrutar de las vistas.

Fisterra. A costa da morte es uno de los lugares más bonitos de la costa gallega si lo que te gusta es ver pueblecitos marineros repletos de historia. Fisterra, también conocida como Finisterre, era considerado el fin del mundo conocido por los romanos y hoy es un lugar repleto de encanto. Visitar su faro es llegar al extremo occidental de Europa, al menos simbólicamente ya que geográficamente no es el punto más occidental. El pueblo cuenta también con playa y lugares perfectos para tomar algo y sacarse fotos.