¿Dónde se duerme mejor? ¿En Tokio o en Llanes? ¿En Bora Bora o en Los Ángeles? Todo depende de la cama, ¿verdad? Y vale, sí, de la compañía… Pero hablo de dormir. En cualquier lugar del mundo se puede dormir bien, eso está claro, pero las costumbres varían bastante de un país a otro, algo que podemos comprobar en los hoteles. No es lo mismo una cama en un hotel de 3 estrellas en París que uno de 3 estrellas en Estados Unidos.
Parece que a los franceses lo de dormir les parece una cosa secundaria, al menos a la gerencia del último hotel donde me alojé. Todo hace indicar que había comprado canapes y colchones baratos para las habitaciones. Pero es que además la cama era muy estrecha. Y si juntas a todo eso las paredes de papel, el resultado es una noche con un ojo medio abierto.
Por el contrario, una de las cosas que más sorprende de los hoteles de Estados Unidos, aunque sean moteles económicos, es la calidad de las camas. Lo primero que llama la atención es que están muy altas, a bastantes centímetros del suelo. Si eres bajito, casi hasta tendrás que escalar para llegar a la cama… Los colchones suelen ser de un buen grosor y cómodos. Y las camas son muy, muy anchas.
Algún malpensado puede decir: “es que hay tantos gordos en Estados Unidos que necesitan camas que los abarquen”. Bueno, no sé si será eso, pero, desde luego, en los hoteles de Estados Unidos se duerme bastante bien, aunque cada uno, por supuesto, tendrá su experiencia.
¿Y en Japón? Si vas a un ryokan, ese tipo de establecimientos rurales convertidos en clásicos dormirás al estilo japonés, toda una experiencia. Aunque en los hoteles siempre encontrarás camas occidentalizadas. Una cosa que puede sorprender es el espacio de las habitaciones, siempre bastante angosto incluso en hoteles de 4 estrellas. Y también la presencia algunos canapes y colchones baratos. Supongo que si pagas por una suite en un 5 estrellas la cosa cambia…
Así que si es para dormir, yo me quedo con las camas de Estados Unidos. Para lo demás, cualquier sitio es bueno.