Peligros de aparcar en la costa de Huelva

La costa onubense presenta suficientes atractivos para seducir al turismo nacional y extranjero. Una parte de los viajeros opta por alquilar vehículos y reservar parking en Huelva mediante apps como Telpark, Parclick o Parkimeter. Si bien esta decisión facilita sus desplazamientos hasta Islantilla, Matalascañas o El Portil, estacionar en cualquiera de estas playas y sus alrededores comporta ciertos peligros.

Las partículas de sal de la brisa marina son altamente perjudiciales para la carrocería de coches, motos y caravanas. Cualquier superficie o elemento metálico reacciona al salitre oxidándose, y aunque se trata de un proceso gradual, la acumulación de este mineral resulta fatal. Son contramedidas eficaces el uso de fundas integrales y la búsqueda de parkings lejos de la costa.

En especial, la pintura de la carrocería se ve afectada por la combinación de arena y sal que recarga la atmósfera costera. Mientras que los minúsculos granos de arena rayan el esmalte de la pintura, la mezcla de nitratos de potasio y de sodio (salitre) acceden al metal y aceleran los procesos de oxidación. Por tanto, se recomienda limpiar la carrocería con agua y aire a presión después de estacionar cerca del litoral onubense.

La exposición solar y altas temperaturas de Huelva motivan que estacionar al aire libre en verano sea un error mayúsculo. La batería, el compresor y otros componentes mecánicos se deterioran rápidamente en estas condiciones. Incluso los neumáticos responden al calor del asfalto con un incremento de su temperatura y un desgaste precipitado.

Aparte de los factores ambientales, estacionar en destinos costeros de Huelva puede acarrear sanciones económicas de hasta ciento cincuenta euros. Los conductores deben permanecer atentos a las señales y utilizar los parkings habilitados, ya que la Ley de Costas 22/1988 establece que «el estacionamiento y la circulación no autorizada de vehículos, así como los campamentos y acampadas» están prohibidas en la playa.