Decorar, aislar y preservar la pared son las funciones básicas que debe cumplir una pintura. Pese a la amplia oferta de marcas y productos disponibles, no todas las pinturas logran estos objetivos. A la hora de comprar pintura especial para decoración de máxima calidad, se recomienda prestar atención a la cubrición, la lavabilidad o el prestigio del fabricante.
En el sector de las pinturas y barnices se entiende por cubrición la capacidad del producto para cubrir uniforme y eficazmente una superficie. Las mejores pinturas del mercado cumplen este objetivo en una sola capa, siendo comercializadas como «monocapa», y proporcionan un ahorro notable de tiempo y recursos.
Otro criterio de selección es el contenido en materias no volátiles o sólidos, del treinta al sesenta por ciento, preferentemente. Cuando mayor sea su porcentaje, mayor será la excelencia de la pintura elegida, pues estos componentes prolongan su protección y vida útil.
Al seleccionar una pintura, interesa que su mantenimiento sea fácil y rápido, con una resistencia adecuada a la acción de paños húmedos. Por esta razón, la lavabilidad del producto no es una cuestión baladí. Se recomienda cerciorarse de que la capa de pintura no se resentirá ante el uso de agua y jabón.
Las pinturas premium se caracterizan, además, por prestaciones como los aditivos fungicidas, capaces de ‘blindar’ la pared frente a las humedades, el moho y otras amenazas. Cualidades como esta son un plus en términos de calidad que mejorarán el acabado homogéneo de la pintura.
Sin discriminar a los nuevos actores comerciales, las marcas más reputadas merecen un extra de confianza. Titanlux, Bruguer, Tixol, Sikkens y otros fabricantes cuentan con una dilatada experiencia en el sector y su cartera de productos puede satisfacer a clientes de todos los perfiles. Su principal desventaja es el precio, menos competitivo que las pinturas del mercado low cost, como es lógico.