A veces me pregunto si yo me voy a convertir en el último ser humano adulto que beba leche de vaca. Cada día que pasa una nueva persona de mi entorno abandona la leche de vaca por alguna razón. Obviamente, una persona con intolerancia a la lactosa nunca debe beber leche, pero, ¿y los demás?
Es la polémica que cada vez coge más fuerza en los medios de comunicación e internet. No pasan días sin que aparezca un nuevo artículo sobre los peligros de beber leche en personas adultas. No olvidemos que la leche, estrictamente hablando, es la leche animal que procede de las hembras de los mamíferos. La ‘leche’ vegetal no es leche, sino que debe denominarse bebida vegetal, aunque popularmente mucha gente siga refiriéndose a ella como leche.
Mientras sigue la polémica yo me mantengo al pie del cañón, coleccionando cupones descuento central lechera asturiana, mi marca de leche preferida. No es solo que sea asturiano (que seguro que influye), sino por su sabor que es diferente al del resto que he probado.
También es verdad que un purista de la leche o una persona mayor que haya bebido leche directamente salida de la vaca me dirá que lo que yo bebo tampoco es leche, sino que es agua blanca. Desde hace bastantes años bebo leche desnatada que, obviamente, no tiene el mismo sabor que la leche entera. Debería hacer un sondeo el próximo día en el supermercado para comprobar si alguien sigue bebiendo leche entera…
La última persona en abandonar la leche de vaca ha sido mi mujer. Ha decidido probar con las bebidas vegetales una temporada. Precisamente con los cupones descuento central lechera asturiana hemos podido probar algunas de las bebidas vegetales de esta empresa. Y es que todas las compañías vinculadas al sector han tenido que adaptarse a los nuevos tiempos sacando bebidas alternativas a la leche animal tradicional.
Así es como he probado la leche de soja, de avellanas o de almendras. Bueno… tengo que decir que la de avellanas no está nada mal, la verdad. Pero yo soy fiel y seguiré bebiendo leche de vaca aunque me convierta en el único del planeta que lo haga (o hasta que el médico me diga que se acabó la leche).