Algunos afirman que ser padre es volver a ser niño… yo no diría tanto, pero sí que es verdad que te reencuentras con tu niñez, perdida en las brumas del tiempo, si se me permite el arrebato seudopoético. Empiezas a recordar a qué jugabas cuando eras un niño y cómo han cambiado tanto los tiempos con algunas cosas, y no han cambiado nada con otras.
Cuando mi hijo nació, no tardaron en empezar a llegar los primeros juguetes. Este sector está ahora controladísimo: todas las empresas fabricantes someten a muchos test a cada pieza para asegurarse de que no hay ningún riesgo. Además, en las cajas siempre informan de la edad a la que va dirigido. En mi época, no había este despliegue, eso está claro.
Los alumnos del taller que imparto también quisieron regalarme algo. Yo no sabía nada pero tiempo más tarde me dijeron que una de las chicas buscó Comprar Alfombras de juego para niños online porque a sus nietos les habían encantado. Cuando me dieron la caja, lo primero que pensé fue: “¿y qué hago yo ahora con este cachivache?” Obviamente, no dije nada y di las gracias. Con aquel juguete me di cuenta de que me quedaba mucho que aprender si se trataba de juguetes para niños.
Durante varias semanas, la alfombra de juegos permaneció en su caja. No encontraba el momento de montarlo y tampoco veía yo que el niño fuese a disfrutar con aquello. Pero un día mi mujer me dijo que ya estaba bien de almacenar cajas sin abrir y me puse manos a la obra. En cuanto pusimos al niño allí se le cambió la cara, empezó a mover las piezas, a dar con los pies y las manos a todo: quedamos alucinados.
A la chica que le dio por Comprar Alfombras de juego para niños online dio en el clavo. Ahora yo ya conozco mucho mejor el gusto del niño. Sé lo que la va y lo que le puede gustar en su siguiente etapa. Es verdad que ahora ya no juega con la alfombra, pero cumplió su labor con creces.