Uno no sabe de la importancia de un colchón hasta que se equivoca con la elección del mismo. He tenido que dormir en un montón de camas diferentes en mi vida y me he topado con colchones de todos los tipos.
Probablemente el peor que he sufrido en mi vida fue uno que me pusieron de pequeño que estaba completamente hundido. Era echarse en la cama y caer como en un agujero negro. De niño tenía un buen dormir y no me quejé mucho, pero llegó un momento que mis padres temieron que una noche no volviera del agujero negro y compraron uno nuevo.
Muchos años más tarde me llegó el turno de comprar mi primer colchón. Por aquella época no valoré bien la importancia de esta compra. Miré tiendas especializadas, alguna oferta colchon y canape pero tampoco puse los cinco sentidos en la compra. Finalmente me guié casi en exclusiva por el precio, a pesar de que la dependienta me recomendó invertir un poco más. Y tenía razón…
Me habían hablado de muchos materiales diferentes. Algunos me sonaban a chino. Suelo ser de carácter bastante desconfiado con el marketing y pensé que algunas de esas innovaciones no eran más que humo. Así que me llevé a casa un colchón bastante tradicional. Al principio todo fue normal, pero pronto empecé a notar que el colchón se deformaba un poco y que acumulaba demasiado el calor en verano. Y me acordé del agujero negro al que caía todas las noches cuando era niño…
Así que me he planteado cambiar de colchón. Y me lo estoy tomando muy en serio. Supongo que uno se va haciendo un poco mayor y empieza a pensar más en dormir bien que en gastar dinero en otras cosas. Por internet he visto una oferta colchon y canapé que me puede interesar.
Por supuesto, esta vez atenderé a los nuevos materiales que se están aplicando a los colchones. Busco sobre todo uno cómodo, bastante firme, que no se deforme y que no acumule la temperatura. Sé que me costará bastante más caro que el anterior, pero quiero dormir mejor.